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Intensivo 7

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Conferencia

Común

Vol 1: Borró Casette.

Seamos honestos, nadie pensó que viviríamos lo que estamos viviendo hoy. Lo veíamos en películas, pero jamás pensamos que viviríamos una pandemia. Nunca pensaste que dejarías de asistir al colegio, y tal vez al principio esto era emocionante pero con el pasar del tiempo el hecho de no poder salir de tu casa, de no ver a tus amigos, de no ir a tomar helado, te golpeó. Escuchas historias de tus amigos, de cómo la pandemia ayudó a que su familia estuviera más unida y lo comparas a la realidad de que tú solo estás esperando que esto acabe para poder salir de tu casa, porque quizás todo es gritos todo el día, o un silencio que duele. O tal vez todo está bien en tu casa, pero el hecho de ver el mundo tan mal te hace pensar si realmente hay un futuro. Te das cuenta de que tu batalla más fuerte no es externa sino interna, que las voces que más quieres que se callen son las de tu mente, no las de afuera. Y por más de que oras, pones alabanzas, buscas a Dios, nada de lo que sientes cambia. 

En este tiempo el encierro físico nos encerró más que nunca en nuestra mente. Palabras como ansiedad, depresión, estrés, y pensamientos suicidas sonaron más. Comenzaste a identificarte con varios de los síntomas, y te dices a ti mismo: tengo ansiedad, tengo depresión, e incluso, tal vez comenzaste a dejar vagar en tu mente el pensamiento “¿y qué si me muero?”

Esto no es algo que comenzó a existir en la pandemia, problemas de salud mental son una realidad que ha existido hace mucho. Sin embargo, hoy más que nunca se ve una sociedad que intenta ser consciente de la importancia de ser saludables mentalmente y Dios no es ajeno a esta realidad. Quiero que recuerdes esto a lo largo de todo este devocional, Dios no es ajeno a esta realidad, no lo fue antes, y no lo es ahora. 

Las historias que leemos en la Biblia no son simplemente historias, son personas como tu y como yo que también luchaban con ansiedad, depresión, y todo lo que esto involucra. 

David, el hombre conforme al corazón de Dios fue el que dijo las siguientes palabras: 

“Estoy agotado de tanto llorar, toda la noche inundo mi cama con mi llanto, la empapo con mis lágrimas. El dolor me nubla la vista; tengo los ojos gastados a causa de mis enemigos.”

(Salmos 6:6-7 NTV). ¿Te suena familiar? 

En un mismo Salmo podemos ver como dice “Dios, ¿seguirás ignorándome?” y termina diciendo “Gracias por estar conmigo”. David en medio de sus problemas, en medio de ser perseguido porque querían matarlo,  lidiaba con ansiedad, ese sentimiento que te oprime el pecho, que te hace pensar más en tus miedos y todo lo que podría salir mal, que te hace llorar toda la noche porque sientes que no hay esperanza. 

David, también experimentó depresión, ansiedad y todo lo que involucra esto. Pero en cada uno de sus Salmos terminó declarando que Dios era bueno, que Dios lo amaba y que jamás lo dejaría solo. (Aun cuando se sentía así)

En los siguientes 5 días no hablaremos sobre salud mental para que te diagnostiques algo (lo cual no quiere decir que si tu ves que necesitas ayuda no la busques), no hablaremos tampoco de negar lo que sientes y lo que piensas y que solo leas tu Biblia (lo cual tampoco sería mala idea), pero veremos que nada de esto es algo con lo que simplemente tienes que aprender a vivir y ya, que la palabra de Dios está llena de herramientas. 

Los cristianos también pasamos por ansiedad, depresión, estrés, incluso pensamientos suicidas. Pero esto no es una estación permanente para nosotros, porque nuestra esperanza es real, porque tu vida realmente tiene un propósito. Entonces, si te encuentras en un momento de tu vida en el que prefieres no explorar tu interior porque te da miedo lo que puedas encontrar, estás en el devocional correcto. Dios jamás quiso que reprimiéramos nuestras emociones, al contrario siempre quiso que viviéramos una vida plena.

La mejor salud mental es la que aprendió a depender de Dios. Porque en un mundo inestable, en un ser inestable, lo único estable es Dios. 

Hoy te animo a que dediques tiempo a pensar ¿Cómo está tu interior? ¿Cómo está tu alma? si sientes que estás en un lugar peligroso y oscuro, Dios te quiere acompañar en tu oscuridad y te quiere sacar de ahí. Elige un versículo para meditar unos 10 minutos, algo que necesites recordar. Y recuerda que todo lo que quieres que cambie no pasa de la noche a la mañana, es un proceso. Permite que Dios te acompañe en este proceso. 

Versículos:

En paz me acostaré y dormiré, porque solo tú, oh Señor, me mantendrás a salvo. Salmos 4:8 (NTV)

Estoy agotado de tanto llorar. Toda la noche inundo mi cama con llanto; la empapo con mis lágrimas.El dolor me nubla la vista; tengo los ojos gastados a causa de todos mis enemigos. Salmos 6:6-7 (NTV)

Oh Señor, ¿hasta cuándo te olvidarás de mí? ¿Será para siempre?¿Hasta cuándo mirarás hacia otro lado? ¿Hasta cuándo tendré que luchar con angustia en mi alma, con tristeza en mi corazón día tras día? ¿Hasta cuándo mi enemigo seguirá dominándome? Vuélvete hacia mí y contéstame, ¡oh Señor mi Dios! Devuélvele el brillo a mis ojos, o moriré. No permitas que mis enemigos se regodeen diciendo: «¡Lo hemos derrotado!». No dejes que se regodeen en mi caída. Pero yo confío en tu amor inagotable; me alegraré porque me has rescatado. Cantaré al Señor porque él es bueno conmigo. Salmos 13:1-6 (NTV)

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