Día 3: Jesús también sintió miedo y ansiedad.

Todos hemos sentido miedo, de diferentes maneras, por diferentes situaciones. Miedo a la oscuridad, miedo a estar solos, miedo a que se rían de nosotros, miedo a no saber lo que vendrá. Tú los conoces mejor que nadie, porque te acompañan más tiempo del que quisieras.

Cuando leemos la historia de Jesús en el monte Getsemaní (Leer Lucas 22: 39-44), momentos antes de ser traicionado y entregado para ir a la cruz, él sabía lo que le esperaba, y como humano sentía miedo y ansiedad al punto de sudar gotas de sangre. Espero que en lo que vas leyendo, entiendas que Jesús, probablemente más que nadie, no le resta importancia a tus miedos y a tu ansiedad y te ha dejado la respuesta.

En 1 Pedro dice que pongamos toda nuestra ansiedad en las manos de Dios, porque él cuida de nosotros, he ahí la razón. Puedes dejar cada miedo y ansiedad ante Dios porque él cuida de ti. ¿Será posible que si sentimos miedo o ansiedad es porque no entendemos que hay alguien que siempre está cuidándonos? Hay alguien que siempre nos mira, que no se le escapa ningún detalle de nuestra vida, y quien le importa todo lo que está pasando ahora. Jesús a pesar de lo que sentía, podía decir: “que se haga la voluntad del Padre” porque sabía que Dios cuidaba de él y existía un plan mayor. ¿Se dan cuenta que envió un ángel del cielo para fortalecerlo?

Recuerda:

• Dios nos dejó el mejor regalo, a Jesús, quien obra en nuestras vidas a través de su Espíritu en nosotros. 
• Nadie dice que no sentirás miedo, pero puedes confiar que Dios siempre cuida de ti de la misma manera que cuidó de Jesús. 

Hoy día, de la misma manera que Jesús corrió a su padre cada vez, tú también puedes hacerlo y saber que encontrarás en él la paz y el descanso que tanto buscas y necesitas.