
Día 6: Sirviendo como Jesús
Filipenses 2:1-7 TLA
“¿Hay algún estímulo en pertenecer a Cristo? ¿Existe algún consuelo en su amor? ¿Tenemos en conjunto alguna comunión en el Espíritu? ¿Tienen ustedes un corazón tierno y compasivo? Entonces, háganme verdaderamente feliz poniéndose de acuerdo de todo corazón entre ustedes, amándose unos a otros y trabajando juntos con un mismo pensamiento y un mismo propósito. No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás. Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre,”
Sirviendo como Jesús
Jesús es nuestro ejemplo a seguir. En el pasaje vemos cómo Jesús siendo Dios no se aferró a sus privilegios divinos, sino que renunció voluntariamente a ellos, eligió hacerse siervo y vivir como humano obedeciendo a Dios y haciendo su voluntad hasta la muerte. La muerte de cruz era la condena más humillante y dolorosa, era reservada para los criminales; sin embargo, Jesús lo hizo todo por amor, pensando en otros, pensando en ti y en mí.
Este pasaje nos llama a dejar nuestro orgullo y vivir al servicio de otros haciendo la voluntad de nuestro Padre, sabiendo que es por el poder de su Espíritu Santo en nosotros que podemos ver a los demás como Dios los ve, corriendo al corazón de nuestro Padre, poniendo en práctica su Palabra y dejando que su obra se refleje en todo sentido a través de nuestra vida. Nuestra confianza es que Dios nos ve, conoce nuestra intención y la exaltación viene de Él a su debido tiempo, así que no nos cansemos de hacer el bien.
Oración
Amado Dios, tú conoces mi interior, sabes qué área de mi vida aún no rindo a ti. Hoy reconozco que yo solo no puedo, que he intentado hacerlo a mi manera y me he aferrado a mi modo, pero hoy te pido que, por favor, me ayudes a rendirme completamente a ti, a obedecer tu Palabra y ponerla en práctica. Ayúdame a verme como tú me ves, y poder ver y amar a los demás desde un corazón correcto, sin buscar aprobación y dejando el egoísmo a un lado. Ayúdame a entender que no se trata de mí, sino de ti completamente.
Aplicación
Hoy da ese paso de humildad y rendición total a Dios, escribe en una hoja esa área que solo tú y Dios saben que te ha costado dejar que Él ilumine, tal vez es la falta de perdón, soltar una relación pasada o dejar de verme como víctima por hechos pasados. Ríndele todo a Dios. Luego decide poner en práctica su Palabra siendo compasivo y amando a los demás, no buscando tu propio beneficio ni tratando de impresionar a nadie.