
Día 3: Dar no depende del lugar
Marcos 12:41-44 NTV
“Jesús se sentó cerca de la caja de las ofrendas del templo y observó mientras la gente depositaba su dinero. Muchos ricos echaban grandes cantidades. Entonces llegó una viuda pobre y echó dos monedas pequeñas. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Les digo la verdad, esta viuda pobre ha dado más que todos los demás que ofrendan. Pues ellos dieron una mínima parte de lo que les sobraba, pero ella, con lo pobre que es, dio todo lo que tenía para vivir».”
Dar no depende del lugar
Vemos en esta historia cómo Jesús ve más allá de lo terrenal, Jesús se interesa y ve lo que nadie ve, el corazón y la intención detrás. La viuda, por ser viuda, ya estaba en una posición de necesidad, ya que en la cultura judía una mujer dependía de su esposo para su protección y sustento. Al enviudar, muchas mujeres quedaban en una situación vulnerable y precaria, especialmente si no tenían hijos varones adultos. Podemos ver en la historia cómo esta mujer viuda dio todo lo que tenía desde su corazón y cómo Jesús admira su sacrificio, cómo Jesús habla de ella a los demás, reconociendo en ella la verdadera riqueza al dar con un corazón totalmente confiado no por la cantidad que dio sino porque no se guardó nada, lo derramó todo para el Señor.
Oración
Padre, gracias por mostrarme que tú ves lo que nadie más ve y que tú me conoces. Gracias porque conoces las intenciones detrás de cada acción que realizo, por eso hoy te pido que me ayudes a dar desde un corazón correctamente posicionado y con la intención correcta, no para que otros me agradezcan, me aplaudan, me reconozcan o me vean, sino porque quiero agradarte a ti y hacer todo de corazón como para ti, mi Señor, y no para los hombres.
Ayúdame a dar todo de mí con lo que tengo en donde estoy y no quedarme con nada, Padre, no importa el tiempo, disponibilidad o recursos que tenga para servirte en esta temporada, quiero darlo todo con un corazón dependiente totalmente y confiado en ti, en que tú me ves.
Aplicación
Ten un tiempo con Dios y pregúntale qué más puedes dar que ahora no estás dando, en qué área de tu vida te estás conformando o te estás sintiendo cómodo cuando sabes que tienes mucho más para dar. Pídele a Dios que te inquiete, que te muestre dónde te hace falta entregar. Luego, da un paso de fe, tal vez da ese “sí” que no te has atrevido a dar, toma esa responsabilidad que estás evadiendo, suelta ese temor que no te ha dejado empezar y ponte en marcha. Empieza hoy, a planear, averiguar, llamar, preguntar etc. Sea de la manera que sea, sal de esa zona de confort que está haciendo que te pierdas de lo que Dios tiene para ti y de conocer a Dios de una manera diferente.